El vecino de Utrera Jorge Romero (de los Romero de toda la vida) pone al descubierto esta importante deficiencia en materia de seguridad ciudadana.
¿Está Utrera preparada para un apocalipsis zombie? La sorprendente respuesta es que no. La reciente interpelación realizada durante el turno de preguntas reservado a los ciudadanos en un pleno ordinario mostraba a las claras la falta de previsión del consistorio en lo que respecta a una cada vez más hipotética debacle zombie que pudiera desatarse y asolar la campiña.
Hemos de recordar al lector que allá por 2009 se demostró que la opción de que haya muertos vivientes era una posibilidad real sustentada por la existencia de la enfermedad conocida como Síndrome de la deficiencia de la saciedad atáxica neurodegenerativa. Esta enfermedad provoca un daño irremediable en el lóbulo frontal del cerebro que convierte en zombies a los individuos a los que afecta y los hace consumir de manera impulsiva los cerebros de otros congéneres. En 2011, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades ya lanzaron en EEUU una alerta nacional con consejos para actuar en caso de ataque zombie. Si los americanos ya tienen previsto un plan de actuación, ¿por qué los utreranos no han de tener uno?
¿Está Utrera preparada para un apocalipsis zombie? La sorprendente respuesta es que no.
Varios años atrás ya se declaró un conato de infección en una población cercana debido a una partida de incienso radioactivo que fue rápidamente atajada por las autoridades. ¿Quién nos asegura que un hecho así no puede repetirse de nuevo a mayor escala? ¿Está preparada Protección Civil para establecer una zona de cuarentena que nos aisle de los zombies con garantías suficientes para la población?
El ciudadano Jorge A. Romero, de los Romero de toda la vida fue quien destapaba esta grave deficiencia en los planes de seguridad de nuestra localidad, al formular la siguiente pregunta a nuestros mandatarios: “¿Tienen ustedes previsto algún plan de actuación en caso de declararse un apocalipsis zombie?” Tras unos primeros instantes de desconcierto, pudieron oirse claramente en el Salón del Pleno una serie de gemidos susurrantes como única respuesta: “uuurrggghh“.. “aaaaahhhhggg“.. “ggghhuuu“…
Seguiremos informando.