Esto parece ser lo que le ha ocurrido a un vecino de Utrera que trató de aprovechar las sobras de la comida de Nochebuena y decidió, ni corto ni perezoso elaborar un mejunje a base de langostinos del LIDL, virutas de carne y pequeños trozos cuadrados de pan duro untados de “philadelphia”. Al parecer cuando la mezcla fue introducida en una olla y calentada a fuego lento para tratar de cohesionar todas los nutrientes el individuo pudo observar atónito que el fondo de la cazuela cobraba vida y una masa viscosa comenzaba a crecer de manera alarmante.
Los efectivos de la policía municipal que acudieron a la llamada de socorro de este vecino a duras penas pudieron contener aquella masa informe que surgía del recipiente; pronto invadió el salón de la casa y consiguió acceder al exterior, reptando hasta una alcantarilla por donde se deslizó hasta desaparecer.
Horas más tarde, mientras efectivos de los bomberos recorrían las conducciones que discurren desde por el subsuelo de la Barriada del Tinte hasta La Fontanilla para investigar el paradero de este engendro, encontraron que la forma de vida yacía muerta en uno de los túneles, posiblemente debido a los intensos efluvios hediondos que emanan de las profundidades insondables del Calzasanchas.
Una porción de este ser inombrable fue recogida y enviada para su análisis y estudio a la universidad de Miskatonic con objeto de de averiguar qué misteriosa fuerza de la naturaleza llevó a este engendro a cobrar vida y tratar de dilucidar si fueron los langostinos o el moho verdoso que había comenzado a formarse en la superficie del infame queso de untar los responsables de este extraño fenómeno. Seguiremos informando sobre este misterioso suceso.