La medida vendría acompañada de la colocación de farolillos en puntos estratégicos como El Chorrito o el Puente de los Cochinos.
Esta semana se anunciaba la suspensión por segundo año consecutivo de la Feria de Utrera. Al igual que ha sucedido con los municipios de Los Palacios, Lebrija, Las Cabezas de San Juan, Morón de la Frontera, Arahal, El Cuervo y la Puebla de Cazalla, las respectivas ferias han quedado suspendidas como medida de prevención para evitar la expansión de la pandemia.
En todos estos municipios se programarán actividades lúdicas alternativas para que los ciudadanos puedan al menos disfrutar de una forma segura durante los días de feria. En cuanto a Utrera, era de esperar que se idearan actividades alternativas “de altura“, como no podía ser de otra forma para una localidad ya convertida en referente imprescindible de este tipo de festejos.
Unas actividades “de altura” como por ejemplo montar la tradicional atracción de la “barca vikinga” sobre el depósito de agua del Tinte. Eso sí, revisen bien los cinturones y agárrense o pueden acabar en La Gordilla.
Otra de las atracciones estrella que se pondrán en funcionamiento para el disfrute de los utreranos será una noria gigante que ríase usted del “Ojo de Londres“. Dicha noria usaría como eje de central el edificio de Los Silos, en una arriesgada obra de ingeniería ideada por el Profesor Franz de la Campiña.
Eso sí, como en el caso anterior, sujétense bien no vaya a ser que caigan sobre alguna de las bandas de música que suelen ensayar en ese recinto y defenestre a algún corneta. En este caso la tradicional música discotequera será sustituida por una marcha procesional interpretada in situ. Feria y Semana Santa unidas en la misma actividad, el Valhalla para cualquier utrerano de pro.
“..Feria y Semana Santa unidas en la misma actividad, el Valhalla para cualquier utrerano de pro..”
Hemos querido dejar para el final una de las atracciones que sospechamos tendrán más éxito: se trata del archiconocido “Látigo“. En esta ocasión, la atracción se montaría usando las abundantes rotondas utreranas (tiembla Dos Hermanas) para hacer pivotar sobre ellas los coloridos carruajes y sentir el cosquilleo de la fuerza centrífuga (posiblemente “El Látigo” sea uno de los pocos casos en los que la física demuestra tener alguna utilidad).
Seguiremos informando.