Los barriles de vino serán trasladados a la Biblioteca Municipal para facilitar la consulta de los manuscritos.

Hace unas semanas, coincidiendo con el anuncio del Ayuntamiento de Utrera de celebrar la efeméride del nacimiento del Abate Marchena en 2018, se produjo uno de esos raros descubrimientos que, sin duda, dará un giro copernicano al desolado panorama literario utrerano: el hallazgo en una barrica de vino de una serie de libros y legajos que pudieron ser escritos por el Abate Marchena, una publicación denominada, casualmente, Abate Today (observerá el lector la fea costumbre de nuestros antepasados de motejar a todo aquel que escribía con el apodo de Abate, demostrando una falta de imaginación preocupante incluso en esta época).

Cruel y torticeramente olvidado durante años por la cultura oficial utrerana, la publicación literaria conocida como Abate Today ha llegado a nuestros días gracias a las propiedades conservativas del mosto y del barro cocido. Ningún cronista de la época se hizo eco de este misterioso polígrafo. Por suerte ha llegado hasta nuestros días esta magna obra, dando fiel testimonio de la compleja personalidad del Abate.

Otras obras que igualmente han sido halladas junto con la publicación que nos ocupa son: “Todo lo que usted quiso saber de la gallina utrerana y no se atrevió a preguntar”, “Manual para la construcción de pasitos” o “Qué coño hacer con una plaza de toros”, títulos que pasarán a la historia de la literatura como clásicos de la lengua castellana y aún de la lengua birmana. El Abate fue un visionario. Como se puede comprobar, su obra no ha perdido vigencia, pues los temas que preocupaban a la sociedad utrerana de entonces siguen ocupando la actualidad de nuestra ciudad.

“Todo lo que usted quiso saber de la gallina utrerana y no se atrevió a preguntar”, “Manual para la construcción de pasitos” o “Qué coño hacer con una plaza de toros” son otras obras halladas junto al manuscrito..

Utrera Today, adalid contumaz y nada discreto de la contracultura, con la venia o sin ella de las fuerzas vivas municipales (nos la suda un poco, la verdad), se siente en el firme compromiso, en la postergable obligación, antes que en la impostergable devoción, de revertir esta situación y vindicar de una vez por todas la obra de este ignorado príncipe de las letras. No por menos real, ha de ser necesariamente menos valiosa la singular obra del afranchutado Abate Marchena, que la de los consagrados y manidos hermanos Quintero.