Utrera está de enhorabuena: el primer viaje del programa de turismo espacial del IMSERSO con destino a Marte saldrá del Centro de Actividades Aeroespaciales Mediometro, ubicado en la barriada de El Tinte, paredaño al nuevo cuartel de la Guardia Civil. Así nos lo ha confirmado el director de la cosa, el señor Martínez, y el subdirector de la misma, un tío malencarado y calvo, un enchufado, del que no sabemos su nombre.
La propuesta, que ha contado en todo momento con el beneplácito del consistorio utrerano, ha sido muy bien acogida por nuestros mayores. A falta de tres días para que termine el plazo de solicitud, ya se llevan registradas más de trescientas instancias. La empresa Mars One, pionera en esta lides, se encargará del proceso de selección de los futuros excursionistas y de su posterior entrenamiento. Adiestrados, lavados y centrifugados hasta la locura, estos hombres y mujeres serán preparados para contribuir a la fiabilidad del sistema, ejerciendo funciones de emergencia en caso de que falle el procedimiento automático.
Algunos candidatos, influidos quizá por las tribulaciones del protagonista de la última película de Ridley Scott, han preguntado si habrá lugar de incluir en el equipaje bieldos y almocafres a fín de sembrar patatas en el planeta rojo. Un grupo de afanosas mujeres, sabedoras de que son las pequeñas cosas las que hacen funcionar la mal engrasada máquina de las relaciones y las actividades humanas, ha tricotado un gran tapete de croché para el panel principal de mando de la aeronave.Y es que el diablo está sobre todo en los detalles, no lo olviden.
¡Abuelos y abuelas de Utrera, no se resignen al reuma, a la quietud y a la mansedumbre! ¡Dejen de churruscarse en la parrilla de programación de Canal Sur y anímense a participar en esta odisea marciana! ¡Aún pueden vivir grandes emociones, a qué esperan para entregar su solicitud junto al bar Escamilla!
¿Habrá que añadir que la palabra jubilación proviene del latín iubilatio, que a su vez deriva del hebreo? Probablemente no, pues estas observaciones menores antes sirven para deslumbrar al lector, que para facilitar la correcta compresión del texto.