El magnate sospecha que Trump le da al pegamento de PVC y de ahí su conducta errática en la toma de decisiones.
Elon Musk, magnate sudafricano, además de ser el hombre más rico del mundo, tiene de la extraña habilidad de generar polémica con solo acarrear lavabos. Por lo que he podido averiguar, no parece que exista ninguna ley física que explique este fenómeno; así que para comprenderlo mejor habría que seguir la estela que dejaron Marcel Duchamp y los dadaístas a lo largo del pasado siglo y suponer que se trata de una performance en la que se descontextualiza una acción de la vida cotidiana para que despliegue toda su potencialidad política. Sin embargo, resulta difícil imaginar, a su vez, que acarrear lavabos sea una acción cotidiana en la vida del fundador, consejero delegado e ingeniero en jefe de la empresa SpaceX. Sea como fuere, con lavabo o sin lavabo, Elon dice siempre lo que quiere, como queda reflejado en esta entrevista.
Bienvenido a España, señor Musk, espero que esté disfrutando de nuestro clima lluvioso y de nuestra gastronomía rápida. A usted se le ha calificado de lunático por tratar de hacer realidad la utopía marciana, ¿a qué cree que se debe esta incongruencia planetaria?
Se estima que la población mundial aumentará casi 2000 millones de personas en los próximos 30 años, pasando de los 8000 millones actuales a los 9700 millones, una explosión demográfica que unida a una grave crisis ecosocial generará muchos problemas. La utopía marciana, como usted la llama, papanatas de Utrera Today, es el borrón y cuenta nueva que tantos eugenistas desean. So papanatas, ¡mira que sugerir que la luna es un planeta!
¿Qué opina sobre esa carrera enloquecida que han emprendido las grandes empresas tecnológicas para sacar al mercado sus propias inteligencias artificiales de propósito general? Hablo de ChatGPT, DeepSeek, Gemini, Meta AI o Grok.
No recuerdo ahora quién dijo que «no es cierto que el vacío al que tanto tememos los humanos sea por falta de materia, sino de tecnología». No queremos que nadie sienta el horror vacui que sienten los catetos y pescuezos rojos cuando les toca la lotería y quieren redecorar sus casas.
“..Grok, la nueva IA de Elon Musk, fue creada exclusivamente para que los catetos y pescuezos rojos puedan redecorar su casa cuando les toque la lotería..”
¿Ha usado ya la sierra mecánica que le regaló Milei?
Sí, para recortar el valor de las acciones de mis empresas en bolsa y la ayuda humanitaria.
De algunas de sus declaraciones, dichas en un lenguaje de electrodoméstico, al que usted recurre con frecuencia y del que hace un deliberado uso negligente, de modo que es más fácil entender lo que dice una lavadora que interpretar el torrente de sonidos inarticulados que emite su boca, se desprende que los ricos no tienen ideología, que solo velan por su dinero.
No es cierto. En lo que a afinidad política se refiere, me siento en las antípodas de mi freidora.
En este punto de la entrevista, noto la presencia del fantasma intangible del espíritu de la escalera, ese que describe el acto de pensar en una respuesta ingeniosa cuando es demasiado tarde para darla, y se me ocurre una pregunta ingeniosa que hubiera querido hacerle a Montoya si me hubiera venido a la mente en el momento en que le hice la entrevista, allá por el mes de febrero. La sensación de pesar y arrepentimiento es insoportable, así que tiento la suerte:
Señor Musk, ¿le importaría hacerse pasar por Montoya? Me gustaría hacerle a mi paisano una pregunta que en su momento no pude hacerle porque las circunstancias lo impedían (miento descaradamente al señor Musk para no darle la razón al llamarme papanatas). Si usted me hiciera el favor…
Por supuesto, no faltaría Musk.
Pero, hombre de Dios, mi contingente amigo, para suplantar al utrerano no es necesario que se trague el lavabo. Modérese, tanto sacrificio no procede..
Y justo en el momento en que me dispongo a formular la pregunta al falso Montoya, al impostor, siento de nuevo la escalofriante presencia del espíritu burlón de la escalera de Diderot, que vuelve a jugármela y me regala una pregunta que hacerle a Elon Musk; así que le pido al director general y arquitecto de productos de Tesla, Inc. que sea él mismo otra vez y deje de tragar lavabo. Pero el nuevo Elon Musk queda como mal tricotado y resulta un poco papanatas (tal vez por los efectos indigestos de la loza engullida). Con todo, le hago la pregunta:
Se rumorea que tiene los días contados como consejero superior del presidente Trump. Podríamos decir sin acritud que usted ha ido, en cuanto a protagonismo, de Musk a menos. ¿Piensa que es una situación irreversible?, ¿no cree que si suavizara algunas de sus posturas de yoga podría seguir en su cargo algún tiempo Musk?
La decisión está tomada y para lo que me queda en el convento, me cago dentro.
Pues cáguese en el lavabo, por favor.
Seguiremos informando.
