Interviú Today: Entrevista en exclusiva con Montoya

El remake de La Princesa Prometida 2 ya contaría entre sus protagonistas con el utrerano

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Utrera Today inicia una serie de entrevistas con los personajes más destacados de la actualidad: políticos, influencers, criptobrokers, magnates tecnológicos, etc.

Hoy en Interviú Today, entrevista a Montoya de la Isla de las Tentaciones:

Desde que prohibieron la venta ambulante de mostachones en los trenes de media distancia, Utrera ha ido perdiendo relevancia geopolítica en el mundo, al punto de que muy contadas personas sabían hasta ayer mismo, como quien dice, ubicarnos acertadamente en el mapa. Merced a la participación de nuestros coterráneos Montoya y Tadeo en La isla de las tentaciones, reality show que induce a pensar en la Yana o Paraíso islámico (en tanto que bellos jóvenes se ofrecen para el deleite carnal de unos cuantos elegidos), esta situación se está revirtiendo y la gente ha vuelto a hablar de nuestro pueblo como se merece y a plantar la cola al burro en el lugar correcto.

Sin ir más lejos, Donald Trump, erigido cartógrafo plenipotenciario por la gracia de Google para vergüenza y escarnio del resto del mundo, se ha planteado que España desaparezca como país en el planisferio y pase a formar parte del término municipal de Utrera, dada la importancia que ha adquirido nuestra localidad internacionalmente en los últimos días, amén de ser un confortable dormitorio para soldados americanos. Utrera Today, atento a todo lo que está en boga en los reñideros digitales, a lo que está en el candelero, a lo que se cuece en pescaderías (marisco, esperemos), gimnasios, fruterías y bibliotecas, en definitiva, a todo lo que le preocupa e interesa a la gente, ha entrevistado en exclusiva a Montoya, uno de los protagonistas del referido programa televisivo.

UT: ¿Qué tal se lleva la fama?

Pues la fama principalmente da sueño. Pareciera que he engullido kilos y kilos de flores de loto a pie de playa, como una gaviota cebada artificialmente, gozando de una pacífica modorra todo el día.

UT: ¿Por qué cree que un programa como el de La isla de las tentaciones tiene tanto éxito?

En la obra de Publio Terencio “El enemigo de sí mismo”, el personaje Cremes pronuncia las palabras «hombre soy, nada humano me es ajeno» no como emblema de fraternidad y empatía universal, como desacertadamente esgrimieron siglos después los humanistas, pervirtiendo la frase, sino para justificar su afán por husmear en los asuntos ajenos. Queramos o no somos Cremes, o la Vieja’l Visillo (trasunto castizo del personaje de Terencio), espiando a través de esa ventana que es la televisión. Nada de lo que les ocurre a los demás nos es ajeno porque el cotilleo forma parte de la condición humana.

UT: Cuando le critican tan desaforada e injustamente en las redes sociales, ¿cree que es por envidia cochina o por dentera marrana?

Qué duda cabe. En España se envidia todo, lo bueno y lo malo, porque la envidia es la íntima gangrena de la vida española, el vicio nacional. Las situaciones propicias para que aparezca la envidia suelen ser una mezcla de extrema competitividad y falta de reconocimiento de las personas que quieren pasar por creadoras o, al menos, originales; sin embargo, se llega a envidiar incluso lo que no es digno de reconocimiento. Recuerdo a un tío mío que envidiaba de su vecino unas almorranas de grado III; supongo que habría una feroz rivalidad hemorroidal entre ellos.

“..en este país se envidia todo, un tío mío envidiaba de un vecino unas almorranas de grado III, entre ellos había una feroz rivalidad hemorroidal..”

UT: Vivimos en una sociedad hipersexualizada; sin embargo, parece que la mayoría de la gente tiene una vida sexual poco satisfactoria. ¿A crees que se debe esta aparente contradicción?

El capital sexual, al igual que el capital económico, está muy mal repartido. Existe una gran desigualdad entre unos individuos y otros: pocos con mucho, muchos con poco. Parece ser que en los últimos años esa brecha se ha agravado por diversos factores. Digamos que el capital sexual se comporta como una red libre de escala cuya distribución de grados sigue la ley de la potencia. Unos pocos privilegiados gozan de una gran vida sexual (como es mi caso, je, je, je) mientras que otros, los más, no se comen un colín.

“..El capital sexual, al igual que el capital económico, está muy mal repartido..”

UT: Las imágenes de usted corriendo desesperado por la playa, tras presenciar la traición de su pareja en La isla de las tentaciones, han trascendido las fronteras de la televisión española, ¿que le parece esa exhibición casi obscena de su angustia ante la infidelidad de su novia?

Aunque las lágrimas de cocodrilo y la empatía relamidas se ofrezcan en dosis nauseabundas en prime time, mi sufrimiento fue sincero, y mucho. Creo que la paremia «ojos que no ven, corazón que no siente» se puede tomar en sentido literal, pero también recíproco. Quiero decir que si alguien no ve lo que ocurre, no padece; pero a su vez, el que sufre tiene que ser visto para que su dolor adquiera sentido. Sin testigos no hay sufrimiento (como parecen demostrar las redes sociales), y ahí están el más de un millón y medio de personas que atestiguaron mi desdicha.

UT: ¿Y cómo cree que…? ¡Un momento, un momento! Ahora que me fijo bien en su cara… usted no es el verdadero Montoya. ¡Usted es un impostor!

Bueno, bueno… Cálmese, hombre, cálmese, que tampoco es usted Samantha Fox, como lleva queriéndome hacer creer durante toda la entrevista.

UT: ¿Y cómo lo ha notado? ¿Lo dice por la barba de una cuarta que gasto?

Seguiremos informando por favor!

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