Al hilo de la polémica suscitada por los mensajes de WhatsApp entre Pedro Sánchez y José Luis Ábalos filtrados a la prensa, Utrera Today ha rescatado del futuro, pues nuestra paciencia tiene un límite y la actualidad apremia, la entrevista que mantendremos con el presidente del Gobierno en una fecha aún por determinar, si es que en algún momento se lleva a cabo. Una entrevista que a muchos les recordará a una ensaimada de arenques; pero, ¿hemos de insistir de nuevo en que las ensaimadas pueden ser tanto dulces como saladas? Lo primero que advertimos cuando llega el presidente a nuestra redacción es que se encuentra muy desmejorado físicamente, usa gafas y conserva una voz demasiado avejentada para alguien que no fuma, lo que nos incita a pensar que esta entrevista tendrá lugar en un futuro lejano.
UT: Nos consta que el anterior alcalde de Utrera le obsequió en más de una ocasión con un variado surtido de productos locales y que usted los recibía con mucho orgullo y satisfacción.
- Sí, es cierto, me encantan los mostachones. Sobre todo, me sorprende la versatilidad de estos bizcochitos: un mostachón puede usarse de compresa antihemorrágica; de almohadón; sillín de bicicleta; hombreras; practicándole un agujero en el centro, puede servir de cojín ortopédico para las hemorroides y la próstata; disco de equilibrio para fisioterapia; combustible para barbacoas… Sin duda es un elemento que yo incluiría en mi kit de supervivencia.
UT: Hablando de supervivencia, ¿se sabe ya a qué fue debido el apagón?
Sí, a que se fue la luz.
Díganos, ¿se sabe ya a qué fue debido el apagón? Sí, a que se fue la luz..
UT: Presidente, inevitablemente, he de preguntarle sobre los wasaps entre usted y el exministro de Transportes publicados recientemente en la prensa: en una de esas conversaciones, usted calificaba a Margarita Robles de pajarraca, ¿podría concretar un poco más? Salta a la vista que no es lo mismo pensar en una cotorra que en un águila. ¿No le parece una falta de respeto tanta imprecisión taxonómica?
- Confieso ser un lego en ornitología. De hecho, suelo confundir con bastante frecuencia pato con pata. Recuerdo, se va a reir usted con esto que le voy a contar, que en una visita oficial a cierto país oriental de cuyo nomble no quielo acoldalme, sirvieron en la comida de recepción pato laqueado. No pudiendo disimular mi alegría, me salté el protocolo y exclamé a viva voz: «¡Albricias y zapatetas, qué bien, carne de pangolín, con las ganas que tenía de probarla. Esto si que es una comida digna de un mandatario de mi porte!». Indudablemente me confundí y metí la pata hasta el fondo porque el pangolín es una especie protegida en China. Je, je, je… ¿Entiende? Pato, pata, je, je, je… ¿Qué ocurre, por qué no se ríe usted?
El presidente me ha mirado con cara de pocos amigos, frunciendo el ceño y enseñando levemente los dientes de abajo, como un caniche mal adiestrado, por no reirme de su chascarrillo; pero pronto su semblante ha mudado de la ira al desprecio, del desprecio al asco y del asco, quizá al ver mi cara de zote, a la conmiseración más absoluta. Sólo le ha faltado decir: ¡Vaya, ya me tocó el tontito de turno!
- ¡Vaya, ya me tocó el tontito de turno! Uy, perdón, no era consciente que pensaba en voz alta.
Yo no he tomado a mal los audibles pensamientos del presidente, por lo que no voy a exigirle una satisfación (aunque sería divertido desafiarle a un duelo; creo que Más de uno querría ser mi padrino). Cantar la palinodia para un político es siempre doloroso, una rara avis (quizá como Margarita Robles), y con eso ya me doy con un canto en los dientes de abajo. Hago de tripas corazón, ahora que se habla tanto de casquería.
UT: Usted se ha caracterizado hasta ahora por su tenacidad, su pundonor, por no querer tirar la toalla bajo ninguna circunstancia; sin embargo, sus adversarios políticos ven en estas facultades el reverso de la moneda y lo definen como a un hombre ambicioso, dispuesto a todo, incluso a madrugar para ir a trabajar si es preciso, con tal de mantenerse en el poder. Un hombre a un poder pegado, digamos.
- «Siempre hay quien ponga malos nombres a la virtud, más siempre son los que no merecen conocerla», sentenció Quevedo. Pues sí, me cuesta dejar un reguero de toallas tras de mí a cada paso que doy, qué quiere que le diga. Por respeto, sobre todo, a todas aquellas mujeres que iban a comprar sábanas y toallas a Portugal. Este es un gobierno feminista que reconoce y valora el sacrificio de aquellas mujeres que, sin saber portugués ni portoñol ni espagués ni nada, cruzaban la raya en busca de ropa de hogar más barata, absorbente y suave. Me emociono tanto al recordarlo que es muy probable que me tome otros cinco días de reflexión.
UT: Parece que su Gobierno se ve cada día que pasa más y más acorralado por la corrupción. La incertidumbre de no saber si al día siguiente habrá alguien más de su entorno sospechoso de cometer algún delito lo mantendrá a usted en vilo toda la noche, ¿no?
- La incertidumbre. Cuando uno no sabe lo que le pasa, normalmente es lo que le pasa. Qué no sabe lo que está pasando.
UT: Umm, esa frase me suena… ¡Ajá, ahora lo entiendo todo: usted no es Pedro Sánchez, usted es Núñez Feijóo! Pero, ¿cómo se atreve a colarse en una entrevista proyectada para el presidente?
- Es que como esta entrevista es a futuro y yo me veo en el futuro como presidente del Gobierno, he venido para ir haciendo cuerpo…
Me pregunto cómo no he sabido desenmascarar antes al sicofante. ¿Será cierto, al final, que todos los políticos son iguales y que por eso no he podido distinguir entre un presidente del Gobierno y un lider de la oposición? Tampoco descarto que Pedro Sánchez tenga razón y yo sea el tontito de turno.
Seguiremos informando.