La vacuna vendría a ser la alternativa a la vacuna rusa a base de ensaladilla.
Así es, un grupo de científicos utreranos liderado por el insigne Profesor Franz de la Campiña, doctorado en microbiología por la Universidad de Chapatales, Máster en Prevención de Enfermedades Infecciosas por el prestigioso Royal Institute of Toruño, habrían dado con un remedio contra el coronavirus. O al menos eso es lo que exponen en sus conclusiones.
Según dicho estudio, el caldo resultante de la maceración y cocción a fuego lento de un puñado de caracoles aderezados con una escogida mezcla de especias supone un eficaz repelente para el coronavirus. Pero, ¿cuál es el elemento clave en esta vacuna experimental? Pues ni más ni menos que un ingrediente secreto sobre cuyo uso se lleva especulando desde hace muchos años: los culos de las avispas.
“El misterioso ingrediente secreto de la vacuna: los culos de avispa..“
En efecto, el ingrediente secreto para conseguir el toque “picante” de la magistral receta de caracoles servidos por cierto establecimiento utrerano viene a rebelarse como un potente aniquilador del infame virus. ¡Chúpate esa OMS! Nos vienen a la memoria aquellas palabras que pronunciara Winston Churchill: “Nunca tantos debieron tanto a tan pocos“. En concreto nunca la humanidad debió tanto al culo de una avispa.
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